Alicent descubre la verdad detrás de las últimas palabras de Viserys.
Los lectores de George R.R. Martin pueden recordar las casas feudales de las Tierras de los Ríos, Blackwood y Bracken. Hicieron una breve aparición en la primera temporada de “La casa del dragón” y siguen en conflicto más de un siglo después, cuando Jaime Lannister intenta mediar en una disputa entre ellos en “Un festín de cuervos”. Estas casas, en guerra desde hace mucho tiempo, han olvidado el origen del conflicto original, por lo que un pecado simplemente engendra otro mientras los miembros de cada casa se venguen por la más mínima discordia. La guerra entre Aegon II (Tom Glynn-Carney) y Rhaenyra (Emma D’Arcy) simplemente les da otra razón para pelear, ya que el Ser Amos Bracken acusa a Rhaenyra de ser una asesina de bebés y el Ser Samwell Blackwood la defiende.
El desacuerdo inicial se convierte en una masacre que será conocida como la Batalla del Molino Ardiente. Como es la primera verdadera batalla de la guerra, solo es una muestra de los horrores que vendrán para ambos lados. Y es una advertencia para la Casa Targaryen, cuyos miembros se están dividiendo en dos por razones que pueden no recordar una vez que se derramen las últimas gotas de sangre.
En Desembarco del Rey, el Consejo Privado de Aegon II reflexiona sobre la importancia de las Tierras de los Ríos, y es evidente que Criston (Fabien Frankel) está fuera de su profundidad como la recién nombrada Mano del Rey. Después de la trágica muerte de Ser Arryk Cargyll en Rocadragón, el resto del consejo duda de la sabiduría básica de Criston, ya que fue su tonto plan el que envió al leal caballero a una muerte innecesaria. Además, Criston ya no cuenta con el respeto de la Guardia Real, que ahora está llena de los compañeros de bebida indisciplinados de Aegon.
Con Alicent (Olivia Cooke) lanzando miradas fulminantes mientras desacuerda con sus ideas, Criston argumenta que ya no pueden esconderse en su castillo. Es hora de reclamar las Tierras de los Ríos para los Verdes. Decide apresuradamente salir de Desembarco del Rey con sus escasas fuerzas. Alicent insiste en que su hermano, Ser Gawain (Freddie Fox), acompañe a Ser Criston en su viaje. Gawain, por su parte, está furioso porque su padre ha sido destituido como Mano por una criatura de tan baja cuna.
Más tarde, Gawain cuestiona su opinión cuando la rápida acción de Ser Criston los salva de un ataque aéreo de Baela (Bethany Antonia) en su dragón Danzarina Lunar. Aunque Baela ha tomado los cielos alrededor de Desembarco del Rey y ha violado las reglas de Rhaenyra sobre no involucrarse con los Verdes, Ser Larys Strong (Matthew Needham) convence a Aegon de que sería mejor que se quedara en Desembarco del Rey en lugar de unirse a la batalla aérea él mismo. Larys es nombrado Maestro de los Susurros a cambio.
Durante una noche de juerga con su Guardia Real en su burdel favorito, Aegon descubre a su hermano Aemond (Ewan Mitchell) en la cama con la mujer mayor que una vez lo desfloró. Manteniendo su humillación bajo control mientras Aegon se ríe a carcajadas, Aemond se marcha completamente desnudo con su animosidad hacia su hermano mayor creciendo a cada momento. Está claro que Aemond cree que sería un mejor gobernante que la persona sentada en el trono, pero no es el único Targaryen con ese pensamiento.
Daemon (Matt Smith) llega a Harrenhal durante una feroz tormenta eléctrica, y está claro que Larys, el actual señor del castillo, no ha puesto ningún esfuerzo en restaurarlo ni siquiera en hacerlo habitable. El agua se filtra por el techo y las marcas del ataque de Balerion el Terror Negro de hace mucho tiempo permanecen por todas partes.
Se tropieza con la única parte habitada del castillo, donde su castellano, Ser Simon Strong (Sir Simon Russell Beale), está cenando frente a uno de los pocos fuegos que un lugar tan húmedo puede reunir.
Con un infame Targaryen en su puerta, Ser Simon declara rápidamente su lealtad a la reina Rhaenyra y repudia a su pariente Larys por el obvio asesinato de los miembros de su familia. Daemon, sabiamente, desconfía de ser envenenado por Ser Simon y lo corrige cuando lo llama príncipe. Ahora es "Su Gracia", y está bastante claro que si Daemon llega a Desembarco del Rey antes que Rhaenyra, bien podría tomar el trono para sí mismo.
Pero si hay algo por lo que Harrenhal es conocido, es por los fantasmas que rondan sus pasillos. Daemon tiene una visión de Rhaenyra cosiendo la cabeza del príncipe Jaehaerys frente a un fuego. La visión tiene aún más impacto ya que ve a su esposa en la forma de la joven Rhaenyra, interpretada por Milly Alcock, quien hace una aparición sorpresa en el episodio.
Afligido, Daemon sale bruscamente de su visión en el antiguo arciano de Harrenhal, donde la misteriosa Alys Ríos (Gayle Rankin de Glow) le advierte que morirá allí antes de salir corriendo.
Mientras Rhaenyra y Rhaenys (Eve Best) atienden los entierros de Ser Erryk y Ser Arryk Cargyll en Rocadragón, la Reina que Nunca Fue señala que Otto Hightower (Rhys Ifans) nunca habría planeado algo tan imprudente como la misión suicida de Ser Arryk. Le aconseja que Desembarco del Rey está siendo gobernado por temperamentos más calientes ahora. Mientras las dos debaten una apelación a Alicent, Rhaenys pronuncia la primera de sus grandes citas en el episodio: "No hay guerra tan odiosa para los dioses como una guerra entre parientes, y ninguna guerra tan sangrienta como una guerra entre dragones."
Con Daemon ausente y Corlys (Steve Toussaint) ocupándose de la reparación de la Serpiente Marina, el Consejo Pequeño de Rhaenyra está lleno de los "Indecisos de Rocadragón", como los llama Corlys. Rhaenys observa las disputas con creciente desagrado, dando al consejo una severa advertencia una vez que Rhaenyra se retira: "El Consejo haría bien en recordar que la Reina lleva la corona de mi abuelo, Jaehaerys el Conciliador. Un gobernante prudente, el más sabio de los reyes Targaryen, cuyo reinado duró más que cualquier otro. Incluso más que el de Aegon el Conquistador." Todas las escenas de Rhaenys recuerdan al espectador que, si el Gran Consejo la hubiera nombrado heredera en lugar de Viserys, podría haber sido una de las grandes gobernantes de Poniente.
Los asuntos de sucesión pesan mucho sobre Rhaenys más tarde cuando visita a Corlys en los muelles con comida caliente. Sugiere que Rhaena (Phoebe Campbell) sea nombrada heredera de Marcaderiva en lugar de Joffrey Velaryon, pero él no la toma en serio ya que Rhaena no tiene dragón y no sabe nada del mar. Ella insiste, sin éxito, pero su discusión tiene un aire de presagio. La guerra se avecina y su tiempo juntos puede ser corto.
La propia Rhaenyra parece estar perturbada por las decisiones que tiene ante ella y todavía quiere evitar una guerra abierta porque sabe lo que eso significará para la gente común. Después de los planes duales de asesinato en su contra y en la de Jaehaerys, llega a la desgarradora conclusión de que Rocadragón ya no es seguro para sus tres hijos más pequeños. Decide que la desdichada Rhaena debe atender a Joffrey, Viserys II y Aegon III mientras viajan a la protección del Valle y, si es necesario, llevar a los dos más jóvenes a Pentos. Aunque el futuro de la línea de Rhaenyra depende de que Rhaena actúe como madre para sus hijos y los mantenga a salvo, la joven tiene el alma de una guerrera y odia ser tratada como una niñera.
Pero Rhaena cede, y Rhaenyra la envía no solo con los niños, sino también con los dragones jóvenes Tyraxes y Borrasca y cuatro huevos de dragón. Mientras Rhaenyra, con lágrimas en los ojos, guarda los juguetes de sus hijos, encuentra la carta sin abrir de Alicent que había dejado de lado. Finalmente la lee y se da cuenta de que, tal como sugirió Rhaenys, acercarse a Alicent podría ser la única forma de salvar el reino.
Es la preocupación de Rhaenyra por la gente común lo que trae a Mysaria (Sonoya Mizuno) a su lado como consejera, después de que la reina le agradezca por salvarla del ataque de Ser Arryk. Entre ellas, idean un plan bastante insano.
Siguiendo el consejo de su nueva consejera, Rhaenyra, disfrazada de septa, se infiltra en el Gran Septo en Desembarco del Rey y se sienta junto a Alicent, que está rezando. Aunque Rhaenyra solo planea hablar, no es tonta y se ha armado con un puñal en caso de que su antigua amiga dé la alarma.
Cara a cara, las dos se enfrentan por las muertes de sus dos príncipes perdidos. Mientras Alicent lanza insultos, Rhaenyra protesta que no tuvo nada que ver con la muerte de Jaehaerys, algo que Alicent encuentra difícil de creer. Por su parte, Rhaenyra no puede creer que su padre haya nombrado a Aegon como su heredero después de haber reafirmado su creencia en ella la misma noche de su muerte.
Cuando Alicent explica que Viserys habló de Aegon como el Príncipe que Fue Prometido esa misma noche, Rhaenyra se da cuenta de que Alicent malinterpretó lo que Viserys estaba diciendo. Le explica que se refería a la profecía de la Canción de hielo y fuego de Aegon el Conquistador, no a su hijo incompetente, Aegon. Alicent no puede comprender que haya cometido un error tan terrible. A pesar de las súplicas de Rhaenyra, Alicent insiste en que simplemente es demasiado tarde para dar marcha atrás. Los engranajes de la guerra se han puesto en movimiento y no pueden detenerse.
Datos curiosos
Mientras Aegon está de parranda con su Guardia Real, se encuentra con Ulf el Blanco (Tom Bennett), quien afirma ser el hijo bastardo del príncipe Baelon el Bravo. Eso lo convertiría en el medio hermano de Viserys y Daemon y en la cuarta semilla de dragón que el programa ha introducido esta temporada.
La muerte del príncipe Jaehaerys y los ahorcamientos de los cazadores de ratas se han añadido al tapiz en los créditos.
Rhaenyra envió cuatro huevos de dragón con un posible destino final en Pentos. ¿Podrían ser tres de estos huevos los que Daenerys (Emilia Clarke) recibe del comerciante pentoshi Illyrio Mopatis en su boda? Tres de ellos se ven muy similares y nunca se ha aclarado completamente de dónde provinieron esos huevos. Fuego y Sangre sugiere un origen ligeramente diferente para ellos, pero nunca se ha confirmado.
Grover Tully apareció en el programa; ¿podría Kermit Tully no estar muy lejos?
Basándonos en cómo le queda la armadura al elfo Aegon II, Aegon el Conquistador debió haber sido delgado como un palo.