La búsqueda de venganza entre los Verdes y los Negros persiste.
Mientras una sirvienta lleva apresuradamente las sábanas ensangrentadas de la cuna del Príncipe Jaehaerys, el caos reina en el Fortaleza Roja. Aegon (Tom Glynn-Carney) aúlla: “¡Los mataré! ¡Los mataré a todos!”, mientras destruye el modelo de Desembarco del Rey que su padre, Viserys, pasó tantas horas construyendo. Ya sea que esté de luto por el niño o no, él sabe que tal golpe mortal contra su casa muestra su debilidad como rey. “¡Traidores y villanos! ¡Se atreven a atacarme! ¡Yo soy el Rey! ¡Esto es guerra! ¡Declaro la guerra!”, brama mientras sus sirvientes intentan calmarlo.
Mientras Aegon está furioso, su hermano Aemond (Ewan Mitchell) encuentra evidencia en su cámara de que él podría haber sido el objetivo del asesino. No está claro si pasa esa información a alguien más en la Fortaleza Roja, pero incluso si lo hizo, Otto (Rhys Ifans) pronto se da cuenta de que deberían usar el horrendo crimen en beneficio de los Verdes y culpar a Rhaenyra (Emma D’Arcy).
Cuando el furioso Aegon convoca una reunión del Pequeño Consejo, quiere saber dónde estaban todos cuando los asesinos estaban amenazando a su rey, sin importar que él estuviera borracho en la sala del trono cuando los asesinos pasaron frente a él. Criston Cole (Fabien Frankel) recibe especialmente duras críticas por su ausencia en la hora de necesidad de la familia real, aunque ciertamente estaba satisfaciendo las necesidades de Alicent en ese momento, y Aegon está a punto de comenzar a hablar de su madre, que se siente culpable, cuando Larys (Matthew Needham) interrumpe. Le dice al rey que atraparon a uno de los asesinos intentando escapar de Desembarco del Rey con la cabeza del pequeño Jaehaerys en una bolsa. Aegon quiere la sangre del hombre, pero Otto quiere información sobre quién ordenó el asesinato.
Otto le explica al rey que “Jaehaerys hará más por nosotros ahora que mil caballeros en batalla”. El crimen es tan horrendo que el reino se unirá a su lado. Propone que den al joven príncipe un cortejo fúnebre digno de un Targaryen para que el pueblo pueda ver lo que la traición de Rhaenyra ha causado. Alicent y Helaena (Phia Saban) seguirán detrás del cuerpo porque “el reino debe ver el dolor de la corona, un dolor mejor expresado a través de sus almas más gentiles”.
Aunque se siente incómoda por culpar a Rhaenyra sin causa, Alicent acepta a regañadientes el plan de su padre y debe convencer a la frágil Helaena de que esta exhibición pública de duelo es parte de su deber, ya que “un golpe al rey es un golpe al reino”. Mientras el cortejo funciona como se esperaba en el pueblo llano, que condena a Rhaenyra y se aferra a su reina en duelo, es un infierno para la aterrada Helaena. No encuentra consuelo en Aegon, quien pasa junto a ella después sin una palabra de consolación.
Aegon acaba de llegar de asesinar al asesino Sangre (Sam C. Wilson) después de que confesara fácilmente que Daemon Targaryen los envió a hacer la sucia tarea. Cuando Aegon descubre que el otro asesino era un cazarratas empleado por la familia, hace que todos y cada uno de ellos, incluido Queso (Mark Stobbart), sean colgados ante sus llorosas esposas y madres. Ahí se va toda la buena voluntad que acababa de construir con el pueblo llano.
Mientras tanto, Criston ha estado lidiando con su fracaso en proteger al heredero del rey, pero proyecta su propia culpa en todos los demás, desde Rhaenyra hasta su Guardia Real. Después de presenciar cómo las sábanas ensangrentadas de Jaehaerys son arrastradas desde la guardería, dirige su furia hacia afuera e incita a Ser Arryk Cargyll (Luke Tittensor) a viajar a Rocadragón. Bajo la apariencia de su gemelo idéntico, Ser Erryk (Elliot Tittensor), Arryk puede matar a Rhaenyra y poner fin a esta guerra. Arryk sabe que esto es un camino hacia la muerte, pero siente que necesita defender el honor de su familia después de que Erryk huyera al lado de Rhaenyra con la corona de su padre.
Cuando Otto se entera de la muerte de los cazarratas y la artimaña con Ser Arryk, estalla en la Fortaleza Roja. Le grita a Aegon por tirar por la borda la aprobación que compró con la sangre de su hijo. Aegon está harto de las maneras regañonas de su abuelo. “¡Quiero derramar sangre, no tinta!”
Otto evoca la sabiduría y paciencia muy extrañadas del padre de Aegon, Viserys. Cuando Aegon señala que su padre lo hizo rey, Otto gruñe de vuelta: “¿Es eso lo que crees?” Por esta insolencia, Aegon destituye a Otto de su cargo y nombra a Criston Mano del Rey en su lugar.
Después de escuchar lo que ha hecho Aegon y de que Otto se marcha para ver si el tercer hijo de Alicent, Daeron (¡que sigue con vida!), tiene más sentido común que sus hermanos, Alicent encuentra a Aegon llorando sobre el anillo de su padre, pero se aparta antes de ofrecer palabras de consuelo. Aunque ella y Criston han estado tratando de resistirse mutuamente por culpa, cuando ella lo encuentra en sus cámaras, lo abofetea repetidamente antes de sucumbir al sexo frenético. Aunque queda claro que esto es un acto de lujuria para Alicent, mantener al nuevo Mano del Rey bajo su influencia podría ser la mejor manera de mantener a Aegon bajo su control.
De vuelta en Rocadragón, Rhaenyra está claramente horrorizada de ser culpada por la muerte de Jaehaerys. Su consejo duda abiertamente de su inocencia antes de que Rhaenys (Eve Best) les recuerde que se cuiden. Incluso si Rhaenyra no tuvo ningún papel en el asunto, las Grandes Casas no se unirán a una mujer acusada de decapitar a un bebé en su cuna. Poniente ha visto muchas malas acciones de su familia real, pero eso es cruzar una línea demasiado lejos.
Daemon (Matt Smith) permanece misteriosamente callado durante toda la reunión hasta que Rhaenyra se da cuenta de que él es el culpable del asesinato. En privado, tienen una gran pelea que ha estado gestándose durante mucho tiempo y resulta siendo un espectáculo actoral espectacular para D’Arcy y Smith. Aunque ha hecho un gran agujero en la reclamación al trono de su esposa, Daemon afirma que no es culpa suya que los dos idiotas que contrató mataran al príncipe equivocado. Rhaenyra parece querer decapitarlo a cambio. Ella se da cuenta de que ya no puede confiar en él, admitiendo: “Nunca confié en ti por completo, aunque mucho lo deseé, me lo propuse”.
Está claro mientras pelean que incluso si él colocó la corona en su cabeza, Daemon sigue considerando el Trono de Hierro como su derecho de nacimiento y no el de ella. Él cree que habría sido un mejor gobernante que Viserys, Rhaenyra o Aegon, aunque este último sea un estándar muy bajo, y el trabajo anterior de Smith como el Príncipe Felipe en The Crown hace que la escena sea un eco interesante de las peleas que tuvo con otra reina en otro tiempo. Dado que la reclamación al trono está en disputa, Rhaenyra se da cuenta de que su esposo podría reclamarlo para sí mismo. Con la confianza rota permanentemente entre ellos, Daemon se marcha enfurecido y abandona Rocadragón para dirigirse a Harrenhal sobre el lomo de Caraxes.
Una Rhaenyra angustiada cuida de sus jóvenes hijos rubios, Viserys II y Aegon III. Es obvio que está profundamente afectada por lo que le sucedió a Jaehaerys y se preocupa por sus hijos. Se niega a dejar que Jace (Harry Collett) monte a su dragón Vermax para vigilar Desembarco del Rey y, en cambio, envía a la hija de Daemon, Baela, en Danzarina Lunar. La conversación fácil entre Baela y Jace sobre el padre de Jace, Laenor, y su padre biológico, Harwin Strong, demuestra que no solo son demasiado sensatos para esta familia, sino que también podrían ser demasiado decentes para Poniente.
Aunque Daemon dejó Rocadragón furioso, Mysaria (Sonoya Mizuno) aún permanece y es llevada ante Rhaenyra para responder por su participación en el complot de Queso y Sangre, lo cual ella niega. Rhaenyra pronto descubre que Mysaria era la novia planeada de Daemon esos años atrás, cuando él robó un huevo de dragón para su supuesto hijo. A pesar de ese hecho, Rhaenyra se da cuenta de que Mysaria ha sobrevivido con astucia en este duro reino y gana su respeto a regañadientes. Le otorga la libertad a Mysaria, sin saber aún que este acto de gracia salvará su vida.
Mientras Mysaria parte de Rocadragón, ve llegar a Ser Arryk Cargyll en barco. Acabando de dejar la compañía de Ser Erryk, se da cuenta de lo que está a punto de suceder. Rhaenyra ya ha tenido un día horrible, muy malo, de los peores, y no puede dormir mientras Ser Arryk se infiltra en sus cámaras. Como está despierta, se apresura a salir de la cama como si fuera Ser Erryk, aparentemente alertado por Mysaria, que se apresura a confrontar a su hermano.
Los gemelos chocan acero contra acero, y es difícil seguirle la pista a quién es quién. Otro miembro de la Guardia de la Reina llega para mantener a Rhaenyra fuera de peligro, pero después de que Erryk mata a Arryk, en desesperación por haber matado a su gemelo, se quita la vida con su propia espada. Si estos son los tipos de planes que Criston está a punto de desatar como Mano del Rey, Poniente está en medio de una Danza muy sangrienta.
Datos extra
- En el último episodio conocimos a Alyn de Hull, y esta semana conocemos a su hermano, Addam de Hull (Clinton Liberty), quien tiene una visión profética del viejo dragón de Laenor Velaryon, Bruma.
- Está claro que los Hull están relacionados con Corlys, pero aún no está claro si son sus hijos ilegítimos o de otra rama de la Casa Velaryon.
- Esta semana, Otto mencionó al largamente no visto Daeron Targaryen, pero como su casting aún no ha sido anunciado, es posible que no lo veamos hasta la tercera temporada.
- No sería un espectáculo de Juego de tronos sin una visita a un burdel, y esta semana vimos que Aemond ha desarrollado una relación con la prostituta mayor que lo reconoció la temporada pasada cuando buscaba a su hermano. Él le confiesa que se siente mal por la muerte de Luke, y ella le recuerda que son los pequeños del pueblo quienes sufren cuando los príncipes se portan mal.
- Los lectores del libro conocen el papel que juega Aegon III en la historia de los Targaryen, por lo que ver a Rhaenyra darle un dragón para jugar fue un buen detalle simbólico.